miércoles, 26 de septiembre de 2007

Un año sin Jorge Julio López



El 17 de Septiembre de 2007 se cumplió un año de la desaparición de Jorge Julio López, uno de los testigos claves en el juicio que se llevó a cabo contra el ex comisario (y reconocido genocida) Miguel Etchecolatz por los crímenes cometidos en argentina durante la última dictadura militar.

Rubén López, hijo del albañil desaparecido, se mostró confiado en la palabra del presidente Néstor Kirchner: "Me dijo que él iba a hacer todo lo posible".

Es comprensible la cautela con que el hijo intenta mantener su relación con el presidente. Pero considero una vergüenza que le falten el respeto como lo viene haciendo Kirchner desde un principio. Además, no sólo se le está mintiendo al hijo de López, sino a todos los argentinos.

Recordemos:

Al poco tiempo de desaparecer el albañil, nuestro presidente expresó: "Dios quiera que todo sea distinto a lo que uno imagina. Pero el pasado no está ni derrotado ni vencido, estemos atentos". Y luego agregó: "Estamos poniendo todo nuestro esfuerzo; si es para amedrentar, que sepan que quienes llevamos adelante esta política de justicia vamos a seguir hasta el fondo". Demagogia pura. Ese ha sido el discurso de nuestro primer mandatario desde que se conoció la noticia sobre López. Los resultados: ninguno.

Recién a un año de su desaparición, el gobierno empieza a apuntar la mirar a la policía bonaerense como posible implicada en el hecho.

Mas claro imposible: A pesar de llevar mas de 20 años de democracia posdictadura militar, se evidencian las dificultades para detener y enjuiciar a los genocidas de ayer y de hoy. Lo digo con conocimiento de causa, pues a cinco cuadras de mi casa, como un vecino cualquiera, vive el ex comisario Yamil Yabur.
Para quienes no saben, durante la dictadura del ‘76 Yabur integró la División de Inteligencia de la policía provincial que funcionaba en el Cabildo, conocida como D2. En el libro “La Sombra Azul” de Mariano Saravia pueden encontrar algunos relatos de lo que Yabur y sus muchachos le hacían a los detenidos a metros de la Plaza San Martín.

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